domingo, 10 de octubre de 2010

Celebremos el 10.10.10.

Hoy es el 10 de octubre del 2010, o sea, el 10.10.10, el cual es el día que nos convoca a todos por hoy. Esta fecha tiene por principal particularidad el escribirse usando sólo las cifras 0 y 1, como los números digitales suelen hacerlo. Por eso, para mi, esta es una fecha de celebración, pues cada cierto tiempo es importante darse un momento para parar, mirar hacia atrás y celebrar el camino recorrido, siendo el día de hoy un buen día para hacerlo, por varias razones.

Primero, hoy es un día domingo, lo cual asegura cierto tiempo para la reflexión y meditación. Segundo, hoy es el 10.10.10, o sea, el día de los números digitales por antonomasia. Tercero, y quizás la más importante de todas las razones, el número 101010 en binario es el número 42 en decimal, siendo el 42, como bien saben todos los geeks de esta galaxia, The Answer to the Ultimate Question of Life, the Universe, and Everything, es decir, la respuesta a la pregunta, ¿cuál es el sentido de la vida?

Considerando que he dedicado mi vida al oficio de las Tecnologías de la Información (i.e. TI), me pareció una pregunta pertinente, siendo hoy 10 de octubre de 2010 la respuesta. Claro está que 10 en binario, 02 en octal, es el carácter usado para representar al LF, Line Feed, en todas las versiones del Five Unit Code, usualmente el International Telegraph Alphabet No 1 (ITA1), más conocido como el Código Baudot, de amplio y extendido uso en todos los teletipos electromecánicos desde fines de los 1800s. El Código Baudot fue patentado en 1874 por el ingeniero autodidacta francés don Émile Baudot creando así la primera codificación de caracteres en números de amplio uso mundial, siendo el ancestro de la codificación ASCII y EBCDIC, mediante los ubicuos y eternos teletipos, conectados con el famoso Twenty Milliampere Loop de los tiempos del telégrafo.

En realidad no es que sea tan viejo como para haber usado un telégrafo con el Código Baudot, pero si tengo el perfecto recuerdo de haber usado terminales tontos ASCII conectados a unos increíbles 300 baudios, nombrados así obviamente en honor a don Émile Baudot. Un terminal ADM-3A, de la compañía Lear Siegler, era lo máximo en aquellos años. Después fueron llamados terminales tontos porque no tenían una CPU y todo el procesamiento de la pantalla lo realizaba el computador central. Además se comunicaban, con suerte, a unos fantásticos 300 baudios de velocidad. En aquellos tiempos se podían ver los caracteres a medida que se tipeaban y era menester tomarse un tiempo para no atorar el buffer serial del pobre terminal. Aunque hoy pueda parecer imposible, con dichos terminales tontos escribíamos miles de líneas de código, FORTRAN o C por lo general, y creábamos grandes sistemas.

El gran salto siguiente fueron los terminales inteligentes, con lo cual los anteriores pasaron a denominarse tontos, representados por los eternos DEC VT-100 e IBM 3278, los cuales incorporaban un microprocesador para el manejo local de las funciones del terminal, liberando así la cara CPU central. Amaba a esos terminales, por su velocidad, multitud de funciones y, sobretodo, por la capacidad de las 3278 mod. 2 de resistir mis golpes cada vez que un programa no me funcionaba.

El salto siguiente fue tremendo, cuando pasamos a las estaciones de trabajo, worksations, Unix, en particular las Sun-3/60, con procesador Motorola 6820. Básicamente, en mi escritorio tenía un computador multiproceso y multiusuario para mi solo. El sueño de todo geek de la época. De allí pasé a la SPARCstation 1, y así sucesivamente generación tras generación de estaciones de trabajo. Llegó la Internet, la Web, Java, XML, SOA y el resto de la sopa de letras, mientras yo seguía tras una estación de trabajo cada generación más poderosa y versátil que la anterior.

Hoy voy a hacer clases con un tablet PC, con pantalla táctil. Me comunico con un teléfono celular con procesador multicore con más MIPS y RAM que el primer mainframe que jamás usé y un sistema operativo llamado Android, que cada vez que lo miro más me recuerda Unix, pues hasta he llegado a la ventana de Shell. Desde cualquier lugar me comunico inalámbricamente con la Internet y busco en Google, googleo, lo que necesito saber en ese instante. Con cada búsqueda en Google toco alrededor de 400 servidores quien sabe donde en el mundo, haciendo que miles de pequeños motores muevan cabezales de discos en cientos de computadoras, buscando en toneladas de óxido de fierro rotativo la respuesta a mi consulta, la cual se me manda movilizando incontables electrones y fotones en varios continentes. Y todo eso lo hago sin siquiera pensar, ni estar consciente del poder de la tecnología que hemos ido construyendo en todos estos años. Cada vez que miro una página Web me estoy paseando por cientos de computadoras y asistiendo a una respuesta orquestada de docenas de servidores en distintos continentes sólo para llenar cada uno de los distintos Widgets de este Blog, por ejemplo.

Sin embargo, en días como este me acuerdo de mi humilde primer terminal tonto ASCII a 300 baudios y trato de no perder la capacidad de asombro y de celebrar lo que se ha construido.

2 comentarios:

Oscar Tromben dijo...

Muy bueno, incluso el pretexto del 101010. Una linda vista del pasado que no trajo a hasta aquí, y qie nos proyecta al 10 11 12. Para esa fecha creo que no habré usado un teclado para escribir ni un plasma para leerte, será este otro salto como se cuenta en http://tinyurl.com/289gf7t
Te provoca especular sobre ese futuro?
un abrazo OT

Guillermo Lopez dijo...

Tu primer terminal tonto ASCII a 300 baudios me hizo recordar que el primer programa que alimente a una computadora en mi vida (una DEC) se lo di en cucharadas de tarjetas de 80 caracteres preparadas con una perforadora de tarjetas IBM.

 

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